SANTO DOMINGO.- Aunque no se sabe a ciencia cierta quién fue la primera persona que molió granos de la planta del cafeto y preparó con ellos la que es hoy una de las infusiones más populares, el café acompaña a la humanidad desde hace siglos y hoy esa oscura y deliciosa bebida celebra su día nacional. Originario de Etiopía, el cafeto en sus diferentes variedades (Coffea arabica o Coffea canephora, Coffea liberica) es un arbusto de la familia de las rubiáceas que se cultiva en países cálidos, especialmente de África, Latinoamérica y el Medio Oriente.
El alto contenido de cafeína presente en sus bayas es quizás su rasgo distintivo, sustancia alcaloide y estimulante que llega a nosotros al degustar la infusión. El café es el perfecto acompañante de cualquier reunión, buen remedio contra la resaca y el rey del desayuno y la sobremesa. No es de extrañar entonces que la caficultura genere uno de los productos más comercializados en los mercados internacionales. Brasil ha sido por años el productor y exportador más importante del mundo.
Productores o no, todos los países consumen café. Según datos de la Organización Internacional del Café el mayor consumidor es Finlandia, con una impresionante cifra de 11. 4 kilogramos de café por persona por año en 2005, seguido de cerca por Aruba, donde se consumen 9.2 kilos por persona por año. Nadie se resiste a la tentación de saborearlo. Hay cientos de formas de prepararlo y de productos con que combinarlo. Sobresalen el chocolate y la leche. Le siguen la canela, la nuez moscada y los licores. Frío o caliente, cualquier clima y cualquier momento puede ser perfecto para un café.
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